en "Herzog por Herzog", él, Herzog, cuenta que cuando tuvo que escapar con su madre y sus hermanos de la guerra vivieron un tiempo en una casa abandonada, en la montaña, entre escombros. que como no tenían colchones donde dormir, la madre les preparaba unas camas hechas de hojas de helechos. que durante mucho tiempo estuvieron solos, con hambre, y que sus únicos juguetes eran piedras, ramas, escombros. aun así dice que no recuerda ése como un período sombrío ni como una infancia triste, dice que muchas personas que vivieron la guerra de esa misma manera, siendo niños entre escombros, tampoco lo recuerdan así, sino como un momento donde todo era posible, donde su reino eran ladrillos abandonados en los que podía ser y hacer lo que se propusiera.
en los escombros de mí, Herzog, te tomo la palabra.
en los escombros de mí, Herzog, te tomo la palabra.
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