En medio de la noche, cuando nos levantamos
después de hacer el amor, nos miramos
en completa amistad, sabemos tan plenamente
lo que el otro estuvo haciendo. Ligados uno a otro
como escaladores que bajan de la montaña,
ligados con el lazo de la sala de partos,
deambulamos por el pasillo hacia el baño, casi no
puedo caminar, me tambaleo a través del aire granulado
sin sombras, sé dónde estás
con los ojos cerrados, estamos ligados uno a otro
con grandes hilos invisibles, nuestros sexos
enmudecidos, exhaustos, molidos, todo el cuerpo
un sexo -seguramente sea esta
la época de más bendita de mi vida,
nuestros hijos dormidos en sus camas, cada destino
como una veta mineral perdurable
no descubierta aún. Me siento
en el inodoro en la noche, estás en alguna parte del cuarto,
abro la ventana y ha caído una
gran nevada, una montaña contra el vidrio, miro
hacia arriba, dentro de ella,
una pared de cristales fríos, silenciosa
y resplandeciente, te llamo con suavidad
y vienes y me tomas de la mano y puedo decir
no puedo ver más allá de la nieve. No puedo ver más allá.
Sharon Olds (California, Estados Unidos, siglo XX)
después de hacer el amor, nos miramos
en completa amistad, sabemos tan plenamente
lo que el otro estuvo haciendo. Ligados uno a otro
como escaladores que bajan de la montaña,
ligados con el lazo de la sala de partos,
deambulamos por el pasillo hacia el baño, casi no
puedo caminar, me tambaleo a través del aire granulado
sin sombras, sé dónde estás
con los ojos cerrados, estamos ligados uno a otro
con grandes hilos invisibles, nuestros sexos
enmudecidos, exhaustos, molidos, todo el cuerpo
un sexo -seguramente sea esta
la época de más bendita de mi vida,
nuestros hijos dormidos en sus camas, cada destino
como una veta mineral perdurable
no descubierta aún. Me siento
en el inodoro en la noche, estás en alguna parte del cuarto,
abro la ventana y ha caído una
gran nevada, una montaña contra el vidrio, miro
hacia arriba, dentro de ella,
una pared de cristales fríos, silenciosa
y resplandeciente, te llamo con suavidad
y vienes y me tomas de la mano y puedo decir
no puedo ver más allá de la nieve. No puedo ver más allá.
Sharon Olds (California, Estados Unidos, siglo XX)
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