Con las cuentas de un collar
marco los días para tu llegada
como la tarde que
nos hundimos en la nieve
de un ataque de risa
en un bosque noruego
y después,
criollitos,
tomamos mate amargo
y comimos havannetes
de chocolate blanco,
montañas de dulce de leche,
dejando huella
de nuestro paisaje
de cordillera, pampa y barro
en Escandinavia,
y volvimos a casa
en un alazán imaginario.
marco los días para tu llegada
como la tarde que
nos hundimos en la nieve
de un ataque de risa
en un bosque noruego
y después,
criollitos,
tomamos mate amargo
y comimos havannetes
de chocolate blanco,
montañas de dulce de leche,
dejando huella
de nuestro paisaje
de cordillera, pampa y barro
en Escandinavia,
y volvimos a casa
en un alazán imaginario.
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