Aprendí que justo debajo de la superficie hay otro mundo y que, cuanto más se cava, aparecen más y más mundos distintos. Lo sabía de chico, pero no había podido encontrar las pruebas. Era sólo una sensación. Hay algo bueno en el cielo azul y las flores, pero otra fuerza –un dolor salvaje, un deterioro– también lo acompaña todo. Es como el caso de los científicos: comienzan por la superficie de algo y luego empiezan a escarbar. Llegan a las partículas subatómicas y entonces su mundo se vuelve muy abstracto. De algún modo, son como pintores abstractos. Sería difícil hablar con ellos porque están allá abajo, en las profundidades.
David Lynch en "Lynch por Lynch", Ed. El Cuenco de Plata
David Lynch en "Lynch por Lynch", Ed. El Cuenco de Plata
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