"Soñé con la poesía de América Latina. Una mano invisible y pesada la reunía una tarde en el desierto. La poesía tomaba forma de un perro amarillo en medio de la nada a lo lejos muy lejos un oasis cordilleras el mar. El perro solitario bajo las llagas del sol caminaba lento y sus patas se hundían en la arena, pero el animal monstruoso o alucinante no caía no dejaba de avanzar una tormenta de arena a 100 kilómetros por ahora la arrancaba de mi vista y juro que mi corazón dejaba de latir. Un ave metálica atravesando el cielo sin problema alguno tal vez se reía del animal perdido y de mi condición de estatua en aquel momento. La tormenta avanza hacia el sur y el perro aparece intacto con los ojos entornados su piel amarilla como el desierto en esa tarde infernal y avanza. ¿Pero a dónde se dirige? Uno nunca sabe a dónde va la poesía ni siquiera en el mundo de los sueños. Tal vez el perro monstruoso vaya y orine en el mar, luego comience a entrar en él y no haría nada más o nadaría hacia el fondo a reunirse con los perros acuáticos del olvido o no. Lo cierto es que el animal avanza me gusta mirarlo y acariciar su pelaje brilloso su hocico sangrante. Luego tira una mordida que se extiende por todo el desierto le da vuelta cien veces y se muerde a él mismo. la poesía también se trata de morder y de arrancarse con colmillos afilados lo poco de piel que queda, y seguir".
Gerardo Grande, Coyoacán, México, en el fanzine que ayer nos dieron las chicas de Supermercado Libros con nuestros poemas por su primer aniversario
Gerardo Grande, Coyoacán, México, en el fanzine que ayer nos dieron las chicas de Supermercado Libros con nuestros poemas por su primer aniversario
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