domingo, 31 de enero de 2016

¿Y por qué los reflejos del sol siguen?
¿Y por qué los reflejos de un pájaro en la pintura del capot?
¿Y los reflejos de una especie tramando pájaros y repeticiones y más pájaros?
¿Y la pintura de los autos?
¿Y la pintura de la frontera y de la guerra?
¿Y las pinturas de la escena final?
¿Y el ruido de nacer?

Fogwill

mi amiga Juli da este taller tan hermoso

sábado, 30 de enero de 2016

volví a Villa Urquiza de madrugada luego de un encuentro con mis amigos Juli y Juli, tan lindo! el taxista escuchaba Goyeneche. 

-Cambio si no le gusta. 

-Me encanta! 

-Usted es una soñadora.

martes, 26 de enero de 2016

cinco libros

que disfruté mucho este enero de 2016:


Ni quiero ni puedo, Lydia Davis

Gracias por la compañía, Lorrie Moore

Mi descubrimiento de América, Vladimir Maiakovski

La espiritualidad del cuerpo
, Alexander Lowen

Leer el mundo
, Michele Petit


una tapa y una contratapa





En Encenderé un fuego, Belén Iannuzzi formula intenciones; son propósitos que parece ir descifrando a partir de las formas en las que el mundo dispone sus elementos ante su paso, como si esa lectura le revelara un camino de intenciones a las que promete entregar su escritura. Sabe que la única razón que la poesía tiene es dejar las correspondencias como trenzas sueltas. Y es en el trenzado de relaciones establecidas, sin apretar demasiado, donde la interpretación de los signos que más reniegan de serlo se consuma, en la enunciación, que dirige la visión y administra los planos con la precisión de un ritual curativo recién inaugurado y siempre fiel al caos. Parece que invocara su abrigo. Atraviesa y lee, por momentos nos consulta, como para confirmar que seguimos ahí, y sigue.



Ya sale, por La Carretilla Roja Ediciones

En La Nación más datos sobre los nuevos libros de 2016...


37

Canto a mí mismo

I
Me celebro y me canto a mí mismo.
Y lo que yo diga ahora de mí, lo digo de ti,
porque lo que yo tengo lo tienes tú
y cada átomo de mi cuerpo es tuyo también.
Vago…… e invito a vagar a mi alma.
Vago y me tumbo a mi antojo sobre la tierra
para ver cómo crece la hierba del estío.
Mi lengua y cada molécula de mi sangre nacieron aquí,
de esta tierra y de estos vientos.
Me engendraron padres que nacieron aquí,
de padres que engendraron otros padres que nacieron aquí,
de padres hijos de esta tierra y de estos vientos también.
Tengo treinta y siete años. Mi salud es perfecta.
Y con mi aliento puro
comienzo a cantar hoy
y no terminaré mi canto hasta que me muera.
Que se callen ahora las escuelas y los credos.
Atrás. A su sitio.
Se cuál es mi misión y no lo olvidaré;
que nadie lo olvide.
Pero ahora yo ofrezco mi pecho lo mismo al bien que al mal,
dejo hablar a todos sin restricción,
y abro de par en par las puertas a la energía original de la naturaleza desenfrenada.

II
Las casas y los aposentos están cargados de perfumes,
los estantes y los armarios están cargados de perfumes.
Aspiro y me complazco en su fragancia,
siento su influjo enervador,
pero me rebelo……… Me rebelo y me escapo.
La atmósfera no es un perfume.
No tiene el gusto de las esencias;
es inodora,
está hecha para mi boca
y yo lo absorbo y la adoro como a una novia.
Iré a los repechos donde comienzan los bosques y me desnudaré para gozar enloquecido su contacto.
Me gusta ver el vaho de mi aliento,
las ondas del río,
los hilos de seda que se cruzan entre los árboles,
las horquillas donde descansa la vid.
Me gusta oír los ecos,
los zumbidos,
los murmullos de la selva.
Me gusta sentir el empuje amoroso de las raíces
a través de la tierra,
el latido de mi corazón,
la sangre que inunda mis pulmones,
el aire puro que los orea en
inspiraciones y espiraciones amplias.
Me gusta olfatear las hojas verdes y las hojas secas,
las rocas negruzcas de la playa y el heno que se apila en los pajares.
Me gusta oír el escándalo de mi voz,
forjando palabras que se pierden en los remolinos del viento.
Me gusta besar,
abrazar
y alcanzar el corazón de todos los hombres con mis brazos.
Me gusta ver entre los árboles el juego de luces
y de sobras cuando la brisa agita las ramas.
Me gusta sentirme solo entre las multitudes de la ciudad,
en las estepas y en los flancos de la colina.
Me gusta sentirme fuerte y sano bajo la luna llena
y levantarme cantando alegremente a saludar al sol.
¿Qué creías?
¿Qué me conformaría con mil hectáreas de tierra nada más?
¿Pensaste que toda la tierra sería demasiado para mí?
¿Para qué aprendiste a leer si no sabes ya interpretar mis poemas?
Quédate hoy conmigo,
vive conmigo un día y una noche
y te mostraré el origen de todos los poemas.
Tendrás entonces todo cuanto hay de grande en la Tierra y en el Sol
(existen además millones de soles más allá)
y nada tomarás ya nunca de segunda ni de tercera mano,
ni mirarás más por los ojos de los muertos,
ni te nutrirás con el espectro de los libros.
Tampoco contemplarás el mundo con mis ojos ni tomarás las cosas de mis manos.
Aprenderás a escuchar en todas direcciones y dejarás que la esencia del Universo se filtre por tu ser.

Walt Whitman (Estados Unidos, siglo XIX)

viernes, 8 de enero de 2016

¿qué es un blog?
un poema sobre el verano
de los tres prófugos
entre los maizales.

las rutas de provincia
los gendarmes gordos
el calor pegajoso
un rancho
un helicóptero
un jugo en polvo
dos tiroteos
y una garrafa.

un poema sobre el verano
de los tres prófugos
entre los maizales.

vimos el show por televisión.
transito la adultez no porque ya me cueste viajar lejos de mi casa, dormir en una cama que no sea la mía, tampoco porque lea libros de Osho y me caiga bien o porque me guste estar en silencio. transito la adultez plenamente porque no puedo estar un mes sin ir al podólogo. 

sábado, 2 de enero de 2016

Monte Arashi:
traza su ruta el viento
entre bambúes.


*

Azaleas podadas.
La mujer, a su sombra,
despieza bacalao seco.

*


¡Mirar la nieve
y alisar las arrugas
de mi ropa de papel!


Basho (Japón, siglo XVII)