sábado, 20 de junio de 2015

gauchos boreales

¿será necesario pasar un tiempo a la intemperie para hacerse más fuerte, como los gauchos o como los nórdicos?
el primer recuerdo que tengo de Oslo son bebitos abrigados debajo de la nieve, más allá del confort del primer mundo, sorteando las inclemencias del tiempo. los nórdicos son como gauchos de otro polo, gauchos boreales, errantes donde las suerte los lleva.
recuerdo también un invierno en Las Marianas, un pueblo de la provincia de Buenos Aires. fuimos de visita y paramos a dormir en la escuela, donde no había ningún tipo de calefacción, salvo las hornallas de la cocina, que estaba en otra parte del edificio. nuestras bolsas de dormir no aguantaban el frío del campo. pasamos dos noches literalmente temblando de frío, metidas adentro de las bolsas, vestidas como ekekos, envueltas en frazadas, tomando mate, caldo o directamente agua caliente. la escuela fue también una intemperie, con sus pisos sarmientinos de mármol de provincia.
la intemperie puede ser real o puede tratarse sólo de una sensación (que conozco muy bien), que por más sensación que sea no es menos intensa.
¿sentirá intemperie el gaucho que duerme solo al lado de un fuego en medio de la pampa? ¿sentirá intemperie el vikingo bebé que duerme o mira el mundo desde el confort de su cochecito a menos de 10 grados sobre Karls Johans Gate? y el noruego intrépido y artista que atravesó mares y mares a bordo del Kon Tiki, ¿habrá sentido intemperie?

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