martes, 13 de septiembre de 2016

todas las vidas

Estos días grises de lluvia previos a la primavera me hacen sentir que podría vivir en una ciudad balnearia como Miramar, con un perro. Vendería telares de árboles hechos por encargo y comida sana vegetariana, en una casa de los años cincuenta de una planta frente al mar. Haría caminatas a la mañana temprano por la orilla, con campera, calzas y zapatillas. A la tarde escribiría. Estaría en silencio la mayor parte del día. Tendría el pelo largo, enredado la mayor parte del tiempo, las uñas sin pintar, la piel muy blanca.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario