lunes, 23 de mayo de 2016

i.
hay olor a moxa en la sala. es como el olor del incienso pero más fuerte, como el olor del cigarrillo pero más suave. me dan mis agujas y espero en una habitación con una pecera empotrada en la pared llena de flechitas de colores metalizados que van y vienen, una flor violeta, una vela apagada, un cuadrito con un decálogo de medicina china. hay olor a moxa pero ya no lo siento, un poco por la bronquitis, otro poco porque me acostumbré. 
¿si me levanto por las noches a hacer pis? sí, dos o tres veces.
¿madera, tierra, agua, metal? madera.
¿una estación? dos, otoño y primavera.
¿dulce, salado, ácido, amargo, astringente? dulce.
¿viento, humedad, sequedad? viento seco.
hace más de un año, mi aparato digestivo se averió de una manera crónica. ¿si puedo recordar qué pasó hace más de un año que esté relacionado con esto? sí, claro, pero recién nos conocemos y por ahora es mi secreto. qué es ese olor tan particular.

ii.
De Basho:

Gradualmente el año llegó a su término. Entonces me vinieron ganas de cruzar el paso de Shirakawa en primavera, cuando hubiera neblina en el aire, hasta llegar a Oku. Poseído por un duende viajero y con las señas que me hacían los espíritus del camino, no conseguía fijar mi mente ni ocuparme de otra cosa. Remendé mi pantalón rotoso, cambié las cintas al sombrero de bambú y me apliqué moxa en las espinillas, a fin de fortalecer las piernas para el viaje. En ese momento sólo era capaz de pensar en la luna de Matsushima. Cedí mi cabaña y me trasladé a casa de Sampú para permanecer allí hasta la salida de mi viaje, no sin antes colgar de un piñar de mi choza un renga en ocho estrofas, la primera de las cuales dice así:
Con nuevos inquilinos
hasta una choza puede volverse
casa de muñecas
iii.
vengo porque tengo problemas digestivos, porque me doblé el tobillo izquierdo dos veces el mismo día, me caí y me lastimé, porque bruxo con mucha vehemencia, porque tengo dolor y curiosidad. porque me lo recomendó la eutonista, porque quiero estar abierta y receptiva.
¿en qué te podemos ayudar? 
iv.
Si tuviera otra vez el vigor y la convicción de los veinte años, me gustaría estudiar otra carrera larga. me gustaría estudiar medicina, si mi cerebro se organizara de otra manera. en otras palabras: si fuera más ducha con la química y las matemáticas. curar, cuidar, acompañar, qué elección más noble. ¿podría yo cuidar de otros? ¿puedo yo cuidar de mí? Sí.

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