domingo, 2 de febrero de 2014

treinta y cinco años después vengo a enterarme de casualidad que en el campo hay cuatro higueras que algún pariente siciliano pobre plantó cuando llegó hace más de cien años a esta parte de la tierra. ¡gracias a él!
los higos se los están comiendo las cotorras. cuando se seque un poco el barro, salgo corriendo a cosecharlos.

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